La agricultura sostenible y eficiente de Holanda (también conocida como Países Bajos) se ha convertido en un modelo a seguir. Actualmente, está posicionada como el segundo país exportador de productos agrícolas, y no es precisamente por sus bondades geográficas. Es por ello que consideramos relevante hablar sobre este caso de éxito, ya que nos demuestra que cualquier lugar puede ser provechoso para cultivar, independientemente de las condiciones climáticas y territoriales que se posea. Si quieres conocer la razón de su alta eficiencia, continúa leyendo.

¿Cómo logró Holanda convertirse en líder mundial de agricultura sostenible y eficiente?

Ser exitosos requiere de ingenio para aprovechar las oportunidades que se presentan, y Holanda ha sido un claro ejemplo de ello. A pesar de contar con solo 41.543 km² y condiciones geográficas septentrionales, los Países Bajos han conseguido exportar 92.000 millones de dólares en productos agrícolas, superado únicamente por los estadounidenses.

Para hacernos una idea de cuán productivas son las plantaciones holandesas, debemos considerar los estándares internacionales. Mientras que el promedio de los países cultiva alrededor de 9 toneladas de papas, Holanda produce 20.

Pero, ¿cómo es posible que un país tan pequeño sea uno de los mayores productores a nivel mundial? La clave del éxito de Holanda se basa en la inversión en ciencia. Si bien, la rentabilidad de los suelos es mucho mayor cuando se utiliza para fabricar productos terminados, esta nación ha encontrado la forma de optimizar al máximo los recursos utilizados en sus cultivos. Gracias al desarrollo tecnológico realizado por la Universidad e Investigación de Wageningen (WUR) -apodada Food Valley-, los Países Bajos han conseguido una agricultura sostenible y económicamente provechosa, que se caracteriza por:

• Reducir en un 90% el uso del agua.
• Eliminación de casi el total del uso de químicos pesticidas.
• 28% de aumento del rendimiento de los cultivos de hortalizas.
• 6% de utilización de energía.
• 29% menos en la utilización de fertilizantes.

Todo esto se ha logrado con tecnologías como la optimización de los invernaderos mediante técnicas de control de los niveles de húmedad, temperatura, intercambio de aire e inyección de CO₂; además de otras herramientas como tractores autónomos, drones de escaneo y su implementación más moderna: la iluminación LED, la cual ha sido la solución perfecta para poder posicionar a esta nación europea en el ranking mundial de exportadores agrícolas, a pesar de sus limitaciones naturales.

Una solución exitosa

Los países con condiciones climáticas extremas o poco favorables para mantener cultivos de forma permanente, han recurrido a alternativas de producción como invernaderos y siembras verticales, para lo cual es indispensable contar con una eficiente fuente de luz suplementaria. El efecto de la iluminación LED ayuda a simular condiciones ambientales óptimas de manera artificial para el crecimiento de las plantas.

Sin embargo, nada de esto hubiese sido posible sin la subvención gubernamental, dado que su meta es volverse pioneros en este aspecto bajo un objetivo ambicioso: producir el doble de productos con la mitad de los recursos. Con estos fondos WUC ha aplicado tecnologías de automatización, robótica y manipulación inteligente, tanto para la siembra, como para la cosecha; algo necesario para incrementar el éxito de la iluminación suplementaria.

Sin embargo, la agricultura holandesa no se basa únicamente en una inversión bien aprovechada. Existe todo un trasfondo tras esta área productiva, puesto que sus cultivos nos presentan un escenario 100% futurista que se encuentra en un constante desarrollo. Son tantos los esfuerzos en especialización agrónoma, que muchos de los estudiantes de WUC terminan ocupando puestos importantes en los ministerios de agricultura de países asiáticos, africanos y latinoamericanos. Por lo tanto, la clave del éxito se basa en un compromiso genuino con la agricultura sostenible, no solo en sus suelos, sino que en el mundo entero. Una prueba de ello, son los más de 140 proyectos para países en vías de desarrollo.

Los holandeses son conscientes de que para el 2050 habrá 9.100 millones de bocas que alimentar en el mundo. Por esta razón señalan que dentro de los próximos 40 años, se debe producir más comida que en los últimos 8.000 años. Este foco es lo que ha impulsado a los Países Bajos a romper las barreras climatológicas y geográficas para determinar los resultados de sus cultivos. Sus técnicas se basan en el uso de invernaderos con tecnología de punta, a esto se le conoce como agricultura de alta precisión.

Panorama actual de Holanda

En la actualidad el gobierno de esta nación europea está comprometido con la sustentabilidad, por lo que están orientando sus esfuerzos a reducir drásticamente el consumo de energía y gas en diversos sectores, como el de la horticultura de invernadero, abriendo aún más el camino para el empleo de soluciones de iluminación suplementaria con luces LED, ya que estos sistemas implican un ahorro energético significativo y son aún más productivos que otros tipos de fuentes, como las luces fluorescentes o incandescentes.

Rol de la iluminación suplementaria en invernaderos

Al carecer de luz solar en gran parte del año y por la deficiente distribución de la luz natural en los invernaderos y cultivos verticales, es indispensable recurrir a los sistemas de iluminación artificial y suplementaria, principalmente de luces LED, para asegurar un fotoperiodo óptimo y brindar a las plantas la cantidad necesaria de luz que requieren para un adecuado desarrollo; pudiendo mantener una siembra productiva y constante durante todo el año.

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Efectos de la luz LED

Se ha comprobado que el uso de luz LED suplementaria no solo contribuye a que la siembra se mantenga productiva durante todo el año, independiente de las estaciones, el clima y otros factores externos, sino que además hace que las plantas produzcan y crezcan más, aumentando significativamente su rendimiento y rentabilidad.

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